Los esquemas de Setién

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Quique Setién no lleva mucho tiempo en el Barça, pero sí lo suficiente para ver sus probaturas tácticas.

Una vez instaurado el pase como manera de relacionarse y volviendo a ser un equipo proactivo, el entrenador santanderino va, a través del ensayo-error, definiendo pequeños parámetros de lo que quiere que sea su equipo.

Hay que decir antes de nada que su idea queda muy constreñida debida a la plantilla tan reducida que tiene, con lo cual, cada contrariedad en forma de lesión o expulsión le obliga a tener que cambiar bastantes cosas para hacer hueco a las potencialidades de los jugadores.

Llegó Setién con su ortodoxia asimétrica (que ya expliqué aquí) y parecía que el Barça tenía una idea asociada al juego de posición, algo que se agrandó al ver el cambio de banda de Ansu Fati y la colocación de piezas que iban encajando en el puzzle.

Pero el otro día en el Benito Villamarín, Setién apostó por un 1-4-4- 2 con Arturo Vidal de mediapunta. Con el paso de los minutos entró el brasileño Arthur en esa posición y se logró cierto control que tras la expulsión de Lenglet se había perdido.

Tres contextos completamente diferentes lleva Setién y, en mi opinión, lo hace para potenciar a los jugadores que están en el campo, no como estrategia operativa clara de lo que puede hacer daño al rival. Hay cosas que ya se están consolidando en el Barcelona de Setién y una de ellas, capital a mi parecer, es la importancia de Frenkie De Jong. El holandés actúa como eje en el contexto de Messi y Busquets, creando una estructura de animación que genera volumen de juego. El «problema» de Setién es que no está encontrando a los Ventiladores, a aquellos jugadores que le den amplitud, profundidad y gol.

Antoine Griezmann es quien mas gol tiene para acompañar a Messi, pero no es un extremo ortodoxo. Ansu Fati es ortodoxo, pero no tiene tanto gol y sobre todo, tiene 17 años, así que hay que cuidarle. Y luego está Arturo Vidal, en posiciones más centradas con Setién que con Valverde, lo que favorece su rol de llegador.

Creo que en función de cuál de los tres juegue, el Barça se dispondrá de una manera u otra: si juega Ansu Fati y Griezmann, el Barça será ortodoxo (o al menos asimétricamente ortodoxo) y será reconocible. Si Vidal entra en escena, el Barça será más profundo y menos ortodoxo.

Algo que no me sorprendería nada sería la variante de jugar en casa con Ansu Fati y fuera con Arturo Vidal, pero siendo el 1-4-3-3– y el 1-4-4-2 completamente antagónicos, no parece asumible en términos generales, pero sí si se da una variante que puede ser bastante útil: Arthur como mediapunta.

Si queda claro que jugar con extremos o con mediapunta condiciona el ataque culé, va quedando todavía más claro que no hay un interior de posición capaz de manejar el juego, dado que a De Jong le están pidiendo más que esa función y Arthur sigue, por lo que sea, sin asentarse en el once. La opción de Arthur como mediapunta le liberaría de la creación y le acercaría a la portería, ademas de aglutinar volumen de juego. No es su mejor posición (ha quedado claro que brilla más en un doble pivote como en Brasil) pero es una variante que puede ser útil en según qué momentos. De momento, De Jong sigue buscando acompañante.

Veremos con qué nos sorprende Setién ante el Getafe. Lo que queda patente es que sigue buscando soluciones y que por falta de efectivos y sobre todo por la disparidad de perfiles en el centro del campo, ahondar en una única idea parece complicada. Setién está generando contextos para sus jugadores. Y no es igual Vidal que Arthur o la inclusión de Ansu Fati.

Por otro lado, están los laterales del Barça. Jugar de lateral es muy fácil si sabes hacer 3 cosas: 1) defiendes bien el 1×1, 2) tienes sentido táctico de la línea defensiva y 3) entiendes los contextos ofensivos. En el Barcelona, Sergi Roberto entiende los conceptos, pero, en el caso del primero, su 1×1 defensivo no es excelso y en el caso del segundo, su sentido táctico es mejorable.

Y luego están Junior Firpo y Nelson Semedo.  Si existe un extremo por delante de ellos, viven bien, porque saben cuándo subir y cuándo no. El otro día ante el Betis, quedó patente su desconocimiento táctico, porque eran incapaces de situarse a las alturas adecuadas para ser peligrosos en ataque, lo que les penaliza mucho, dado que tampoco son excesivamente fiables en zonas defensivas. Si no saben defender bien y no entienden los contextos colectivos ofensivos, su participación, más que sumar, resta.

Además, están los centrales. Samuel Umtiti tiene fluctuaciones defensivas: es mucho mejor a campo abierto que en situaciones cercanas a porteria propia, como pudimos ver en el gol de Fekir. Lenglet defiende mejor en espacio reducido pero se expone menos. En el marcaje al hombre ambos son resolutivos. Pero queda claro que los dos necesitan a Gerard Piqué cerca, especialmente para ser fluidos con balón. Sin hacerlo mal, los dos centrales franceses sufren, especialmente si uno de sus laterales es Semedo o Junior.

La clave de este Barça siempre es y será la misma: Sergio Busquets. Y no le veo nada mal. Cada vez hace esfuerzos más cortos e intensos (ya no corre 40 metros como con Luis Enrique o Valverde) y sus virtudes se acentúan.

Por último, Leo Messi. Crearle contextos ganadores será lo que marque la diferencia. Y no hay nada que no invite a creer que Setién no puede hacerlo…

 

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