Pep Guardiola, el Miles Davis del fútbol
“Veamos, yo he cambiado la música cinco o seis veces, de modo que supongo que eso es lo que he hecho. Ahora dígame usted qué cosas ha hecho que tengan alguna importancia, aparte de ser blanca».
Esta frase la enunció Miles Davis en una cena en la Casa Blanca ante la pregunta de la mujer de un político sobre qué hacia allí.
Miles Davis revolucionó el mundo de la música, particularmente el del jazz, y sigue siendo referencia años después de su muerte. Pep Guardiola está haciendo lo mismo en el deporte, especialmente en el fútbol, pero transversalmente bebiendo de varias fuentes y retroalimentando todo lo que toca. Su evolución es constante, gen de los verdaderos genios.
Normalmente los genios comienzan repitiendo lo que hicieron los grandes anteriormente y dando su toque personal. Picasso pintaba como Velázquez a los trece años, James Joyce escribía cartas a Henrik Ibsen con diecinueve años, Leo Messi realizaba los gestos de Maradona con veinte, y Pep Guardiola fusiló e implementó la idea de Cruyff en su primer año como entrenador del Barcelona.
Pero fue más allá, buceó en los orígenes del fútbol para rescatar formaciones en pirámide, como 1-2-3-5, actualizó la salida lavolpiana, readaptó posiciones como las de los laterales, y cosechó gloria en Alemania.
Dicen que le faltó ganar la Champions. Como si a los genios se le midieran por los títulos.
Hacer historia es una cosa. Cambiar el curso de la historia es otra bien distinta. Pep Guardiola ha conseguido (está consiguiendo) revolucionar el mundo del fútbol abriendo camino en un constante ir y venir de información de la historia, encontrando soluciones en lo que otros hicieron antes y dando su sello personal, introduciendo pequeñas modificaciones que lo hacen completamente diferente y, por ende, suyo.
Si Steve Jobs buscaba la perfección en cada aparato que diseñaba Steve Wozniak, o conseguía pulir los detalles de Toy Story con John Lasseter, Pep Guardiola ha hecho lo propio con sus jugadores.
Leo Messi es el paradigma de todos ellos. Era el mejor de su momento y se ha convertido, tras su paso, en el mejor de la historia. Jerome Boateng, autodidacta en el Bayern de Munich, Eric Abidal o ahora en el Manchester City, Raheem Sterling o Kevin De Bruyne, son buenos ejemplos.
Es como la teoría del caos y el efecto mariposa. Pequeñas modificaciones en todos los aspectos generan un cambio tan grande e inesperado en el grupo que se llega a otro nivel superior de conciencia colectiva.
Pep Guardiola tiene la capacidad de despertar al jugador, y eso, parafraseando a Timo Cruz en la película Coach Carter, hace despertar al resto. Su influencia entre los entrenadores es capital. Está a la vanguardia del fútbol y no parece tener límite. Entrenadores de rugby como Eddie Jones o Gregor Townsend han charlado con él y el de Santpedor también ha buscado respuestas en otros deportes, como el Voleibol.
Quizá Pep Guardiola tenga su Kind of Blue particular dirigiendo al Manchester City…
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