Pep Guardiola y los laterales
Cuenta Martí Perarnau que la inspiración de situar a Philip Lahm en el centro del campo del Bayern de Munich vino de la cabeza de Doménec Torrent, quien le animó a probar esa posición al ver que Kroos sufría solo en el centro. Quizá ahí, aunque el de Santpedor suele ir varios cuerpos por delante del resto, Guardiola empezó a ver con más claridad la función que un jugador por dentro puede tener de manera lateralizada. Si la innovación de Guardiola había ido en lo cercano-profundo con el falso nueve y su relación con los extremos, ahora ampliando el campo con Pedro, ahora corriendo al espacio que dejaba Messi con Alexis y posteriormente diseñar el doble falso nueve junto a Cesc Fábregas, puede que Pep pensara por un momento en las interesantes innovaciones que se podían hacer cerrando sectores laterales. De manera quizá insospechada se recreaba un módulo de juego casi tan antiguo como el propio fútbol, el 1-3-2-5.
Al llegar a Manchester, Guardiola necesita tiempo para entender lo que le van a proponer sus rivales a la vez que confecciona la plantilla a su gusto. Ahí, con el paradigma de Joao Cancelo y la compañía de Kyle Walker o Zinchenko, Guardiola estructura a su equipo en un 1-2-3-5, es decir, teje una red más alta y presionante si cabe para cortar contraataques pero a su vez activa a los laterales en la construcción del juego.
Todo esto no son más que números pero sí que sirven para establecer dónde quiere Guardiola que su equipo actúe y dónde quiere cortar los ataques rivales. Laterales más bajos, incluso un doble pivote al uso para permitir salir de la cueva al rival y ser algo más bajo en construcción en algunos partidos para contrarrestar las posiciones más altas. Polivalencia y comprensión del juego a unos niveles altos que, probablemente, ni Joao Cancelo ni Kyle Walker esperaban al comenzar sus carreras.
Los laterales han tenido diversas funciones a lo largo de la historia. Perros de presa marcadores como Chendo, de largo recorrido doblando al extremo o sin tenerlo delante, como Rafael Gordillo. Carrileros en los años 90, férreos marcadores en una defensa de tres cruyffista o virtuosos dribladores con golpeos terribles, generalmente brasileños. Suele decirse que ser lateral es el puesto más fácil, pues debes evitar que te cojan la espalda y con ser duro en el 1×1 puedes hacer una buena carrera. No habrá mucha gente que critique a un lateral por no subir mucho pero el cien por cien de la gente pondrá a caer de un burro al lateral que ha permitido que un rival le gane su espalda. El oficio tiene estas cosas.
Pero una cosa es ser un lateral aseado y otra bien distinta ser un lateral con influencia en el juego. Y otra más, distinta a las dos anteriores, es ser un lateral con influencia en la construcción del juego. Y esa actualización del equipo citizen permite alturas distintas por dentro y por fuera en zonas de ataque.
¿Cuál será la próxima actualización de un equipo de Guardiola? Cuestión de tiempo que lo averigüemos…
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