Aimar y el juego de posición

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Hablaba el otro día Pablo Aimar sobre la creatividad y la falta de creativos en el fútbol. Indicaba, con una analogía sobre la guitarra, la falta de práctica en la calle y que antes el club era el que acomodaba ese talento. Además, relataba que él disfrutaba más de la improvisación en categorías de base,  lo cual generaría, en teoría, jugadores creativos. Y se posicionaba además con una afirmación sobre el juego de posición, diciendo que » no creo que con chicos de diez años haya que hacerlo».

Esta reflexión que hace Aimar me lleva a pensar acerca del gran desconocimiento que se tiene sobre el juego de posición, ya no solo por parte de Aimar, sino en general por la mayoría de la gente. Y no porque el juego de posición sea algo inaccesible, sino porque no se quiere ahondar en su complejidad. Vamos a desmontar algunos tópicos del juego de posición:

1. El juego de posición solo lo pueden practicar jugadores mayores: Esto podría ser así si no fuera porque una de las máximas que han sostenido a los canteranos del Barça en la época de Guardiola es la cantidad de horas que han echado practicando conceptos del juego de posición. Si además se sabe que los niños son esponjas absorbiendo conceptos incluso se pensaría que se llega a veces demasiado tarde a que aprendan los mismos.

2. El juego de posición necesita muchas directrices: En realidad no. Por no necesitar, ni siquiera necesita mucho material. La tarea es sencilla, pero compleja (para ahondar más en esto, recomiendo que lean el libro de Natalia Balagué y Carlota Torrents llamado «Complejidad y deporte»). Es decir, la tarea es sencilla a la hora de organizarla, con cuatro conos, unas cintas y petos, pero sin embargo es compleja porque dentro del juego se dan distintas circunstancias a superar. Obviamente, la tarea puede constreñirse y elevarse en dificultad pero eso no significa que con niños de diez años no se pueda hacer un juego de posición. Serviría simplemente con dar alguna pauta (o ninguna).

3. El juego de posición coarta la creatividad: Nada más lejos. El juego de posición propicia un contexto de juego, el del jugar. En ese juego de posición se dan todas las variables del juego, que podemos modificar en función de las demandas de nuestro equipo si fuera necesario. Pero ese contexto no exige rigidez, sino más bien lo contrario, flexibilidad. ¿Por qué decimos esto? Porque según la teoría de la complejidad lo que se debe buscar es la mayor flexibilidad cognitiva para que los futbolistas puedan tener distintos patrones motores. No se trata por tanto de robotizar sino de flexibilizar el conocimiento partiendo de un orden que es el de la propia tarea, simplemente. Al jugar, el niño irá comprendiendo lo que demanda el propio juego.

4. La creatividad se logra dando libertad al jugador: Habría que preguntar qué se entiende por libertad. Pues una libertad desmedida en un juego donde interactúas con otras personas deriva irremediablemente en un libertinaje que no es el adecuado para tu equipo. Si se entiende por libertad darle el balón al bueno y que invente lo que sea, eso deriva en la falta de creación de estructuras que ayuden al jugador a expresar su talento. Dejar solo al jugador sin un orden (y por orden nos referimos a estructuras) provocará que el equipo no sea sostenible en el tiempo.

5: El juego de posición solo lo puedes hacer en equipos de élite: Eso cae por su propio peso. Se podrá hacer mejor o peor, con mayor o peor calidad, pero hay varios ejemplos (Pep Guardiola, Albert Capellas, Albert Puig…) que han demostrado que pueden hacerlo en otros lugares y con otros jugadores.

Estos cinco puntos detallados reseñan lo expuesto unas líneas más arriba: la gente conoce el nombre «juego de posición» pero no sus conceptos de manera profunda. Es verdad que muchas veces se oyen las palabras «tercer hombre» pero mucha gente no va más allá. Los libros de Martí Perarnau y Agustín Peraita han ayudado a entender el entrenamiento estructurado promulgado por Seirul.lo pero hay una gran vaguedad en torno a esos conceptos. Incluso cerca del propio Barça. O dentro del mismo.

Sobre el juego de posición, podría decirse que hay cuatro tipos de aproximación: 1) los que conocen el nombre; 2) los que conocen algunos conceptos, como tercer hombre; 3) los que profundizan en él a través de lecturas y visionados y 4) los que llevan trabajando en ello durante décadas y lo han hecho suyo.

Y es que, ¿cómo se puede denostar el juego de posición sin haberlo practicado? ¿Sin haber leído la bibliografía de referencia? ¿Sin haber ido a Barcelona a charlar con sus entrenadores? Así, todo lo que llega a la mente del aficionado es una imagen de orden preestablecida que es mentira. Por supuesto que hay un orden, pero no el orden que se pretende creer.

Y todavía profundizando más en el juego de posición, es interesante constatar la poca notoriedad que tienen sus conceptos para la proyección mediática que tienen los equipos de Pep Guardiola. La mayoría de la gente se asombra con el juego que despliegan sus equipos pero pocos se atraven a abordar su conocimiento. Sorprende incluso que haya entrenadores que denosten ese conocimiento. ¿Cómo es posible que haya entrenadores que vean al City y no se pregunten por el tipo de tareas que realiza en sus entrenamientos? ¿Por qué un concepto tan importante como las Situaciones Simuladoras Preferenciales es apenas conocido? ¿Por qué no se estudia una metodología propia de deportes colectivos como es el Entrenamiento Estructurado?

Puede que la respuesta radique en lo fácil que es organizar un partido de fútbol en un patio de colegio y en que para jugar al fútbol no hay una única vía. Siendo eso válido, lo que no es de recibo es denostar una metodología o, en el caso de los entrenadores, no querer profundizar en ella. El aficionado de a pie no tiene por qué conocer lo que es un espacio de fase pero un entrenador formado y actualizado debería conocer las metodologías propias de su deporte, las aplique o no.

Quiero pensar que cuando Aimar se refería al juego de posición y a la libertad creativa era más por desconocimiento que por otra cosa. Y que cuando entienda lo que el juego de posición genera en la explosión creativa del jugador, quizá rectifique.

Practicar el juego de posición es sencillo, que no es sinónimo de simple, igual que complejo no es sinónimo de complicado, como exponen Balagué y Torrents.

Lo único que falta para practicarlo, además del conocimiento, es valentía.

2 comentarios
  1. Marco Carranza
    Marco Carranza Dice:

    Muy buen articulo felicitaciones el tipo de aproximación que tenemos sobre el juego de posición muy bien explicado.

    Responder

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